Cuando niño, de manera involuntaria, tenía la capacidad de
lograr que se lastimaran y hasta murieran chiquillos que convivían conmigo.
Un compañero de escuela, cierta vez se rió tanto de mi
fealdad y lo hizo durante tanto tiempo y con tal violencia, que experimentó un
principio de infarto.
Una niña que me gustaba, me consideraba tan feo que
sostenía que tenía pesadillas conmigo y que mi visión la acechaba en las
noches, dentro de su habitación y hasta debajo de la cama. La niña terminó
suicidándose a los diez años a causa de esto.
El padre de un compañero nuevo en la escuela venía en su
vehículo a dejar al niño en el establecimiento educativo. Cuando me vio,
mientras estacionaba, quedó tan perplejo con mi fealdad que colisionó contra
otro auto haciendo que mi compañero lastimara de gravedad su cabeza.
Este compañero, de nombre Jacinto, fue uno de los niños que
más me burló durante la infancia. Se reía tanto de mí, que los días en que no
asistía a clase, extrañaba sus carcajadas, que ya se habían tornado una
irreverencia natural y rutinaria.
Más de veinte años después, lo encontré en la calle. Cuando
me vio, lejos de saludarme, comenzó a retorcerse de las carcajadas que mi
rostro y cuerpo le producían.
-Bodeler. Menos mal que me voy de viaje durante dos años,
así en ese lapso de tiempo, no me cruzaré de nuevo con tan graciosas e inmundas
facciones, cuerpo, voz y forma de ser
-me dijo y se marchó.
Entonces comencé mis tareas de inteligencia.
Efectivamente se marchó a un viaje con su familia; su esposa
y una hija de un año. Tenía una bonita casa, con un amplio parque y una encantadora
piscina.
La primera noche en que ingresé a su propiedad, noté que la
piscina estaba vacía. Y allí pergeñé un plan.
Desde ese momento, cada vez que sentía ganas de defecar, me
aguantaba hasta llegar a su casa, saltar las rejas y cagar dentro de la
piscina.
Lo hice cada día durante los dos años en que el sujeto
estuvo ausente.
No resultaba fácil; yo no vivía tan cerca y en un par de
ocasiones me defequé encima. Sobre todo si se considera que muchas veces tomaba un purgante para
favorecer mi misión. En tales ocasiones pasaba casi todo el día y la noche en
la casa, durmiendo cerca de la pileta. Si me cagaba en el camino, de todas
formas arribaba hasta la alberca y arrojaba en ella mi ropa interior embarrada
de materia fecal.
Para el día en que Jacinto regresaba, la piscina estaba casi
completa de mierda en descomposición.
Como había inquirido el horario de su retorno, lo esperé
dentro de su morada con mi cabeza cubierta con una media de mujer y un arma en
la mano.
Apenas mi ex compañero hubo ingresado portando una valija,
lo encañoné y le ordené que me entregara a la niña, que contaba con tres años
para entonces.
El sujeto se negó de forma rotunda, de manera que coloque la
pistola en la sien de la pequeña. Entonces me la dio.
La tomé en brazos y la llevé corriendo hasta la piscina
pletórica de caca y la arrojé adentro.
Mientras saltaba la reja y me alejaba a la carrera, volteé
la cabeza y pude ver como el sujeto se arrojaba de manera resuelta a la mierda
pútrida para rescatar a su hija. Me reí hasta llegar a mi casa.
Una vez en mi morada, entre carcajadas, me masturbé pensando
en lo ocurrido.
Oh, san petersburgo, oh san petersburgo, oh san petersburgo, ooooooooooooh Dios mío de mi vida (que pa exagerá soy más bueeenaaaaaa). Me ha excitao mucho. Lo más repugnante es la foto. Ni aún las imágenes de sus amigos nadando en mierda me dieron tanto asco como la fotico. Muy bueno, baudelaire, quien diga que no, lo mato "ipso facto", dicho con el uso erróneo que las palabras ente comillas, pues estas significan: por este hecho.
ResponderEliminarAy, usted superó el ojo por ojo...es, es, es...yo qué coño sé lo que es, aaaaaaaaaaah, es excitante, eso es. Con razón vengo a adorarle, que no le adoro ná, no se vaya usted a pensar, pero no es de negar que sabe hacer lo suyo. Y más si lo llena de mierda. Nunca me había gustado tanto. Aaaaggggh, qué asco!!!
Lo felicito.
Andri
Y me alegra ser el primer avión que pase a dejar una buena descarga.
ResponderEliminarBesitos,
Andri
Y ahora que vanga hociquito de ratón. Ya tengo aquí el mazo para partírselo de tantos mazazos que voy a darle. Pero cuidao, puede que no se lo parta, puede que lo use como juguete si llega a gustarme y me invita a dar una vuelta por la vía láctea. Quien sabe y me compra un helado :p
ResponderEliminarAndri
Alguna vez ha comido usted, Baudelaire, helado de chocolate caliente?
ResponderEliminarEs mi favorito.
Más besos,
Andri
Veo con cierta incredulidad que aun en mi prolongada/porongada ausencia han seguido como si tal cosa. Degenerados y pajeros, bien podrían juntarse a volarse los sesos o tener un poquito de sexo par de buenos para nada. En cuanto a sus andadas de cacas debo decirle, degeneradito, que de ser el padre de la niña le hubiera abierto por el culo para devolverle su propia mierda. Bodeler, siga mis consejos, deje esta ¨literatura¨ ¨literatura?¨, búsquese una changuita para pagarse una cirugía. Le he extrañado a usted a la pajera de Andri. Suya, La Elenita.
ResponderEliminarElenita, admito que deseaba que ud. hubieze muerto. Lástima.
ResponderEliminarElenita, admito que deseaba que ud. hubieze muerto. Lástima.
ResponderEliminarDé la cara ANONIMO !!!!, dé la cara !!!!
ResponderEliminarDegenerados, trolos, y trolas.
ResponderEliminarElenita, measturbo pensando en Ud.
EliminarMasturbo, digo.
ResponderEliminarPues, pégate de puñetas con tu propia madre, so degenerado. Nunca he chupado una pija a no ser por cuentapropia. Elenita.
ResponderEliminarBodeler, me suicidaré por ud...
ResponderEliminarY si uno se casa con una muchacha y un día despierta al lado de una mujer, es posible que comprenda, sin asco, el alma de los violadores de niñas y el cariño baboso de los viejos que esperan con chocolatines en las esquinas de los liceos...J.Carlos Onetti
ResponderEliminarTodo muy perturbador. Felicidades.
ResponderEliminarHijo de puta...
ResponderEliminarLocadearriba, la violaré en homenaje a Bodeler.
ResponderEliminarJajaja. Qué hijo de puta. Muy bueno. ¡Seguí escribiendo, que no se duerma el blog!
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