16/4/11

Meato Urinario (9)

Helena, desde niña, ha tenido la manía de, en situaciones muy, pero muy desagradables, apretarse con mucha fuerza los labios vaginales con los dedos.
El día de nuestra boda, mientras el sacerdote oficiaba el sacramento, la manía de Helena se extremó en un acceso furioso. Con un ademán doloroso ella introdujo su mano dentro del vestido y condujo sus dedos hacia el pubis. Se va a apretar la vulva, pensé.
En efecto, Helena lo hizo, mas con tanta fuerza y violencia, que el cura debió interrumpir la ceremonia, sus parientes se acercaron al altar y todos comenzamos a intentar que soltase su entrepierna, en medio de un caos que se generaba, y ella lloraba y se reía, y nosotros tirábamos -incluso el sacerdote, muy indignado-, y ella efectuaba potentes sonidos guturales a través del velo pero sin soltarse los labios, eso nunca, y luego se cayó junto con varios parientes avergonzados y seguía aferrándose a ese muelle sector de su anatomía como si se aferrara a una última instancia de evasión, de clemencia y de cordura.




Instantánea de los glúteos de Carlitos Bodeler.

5 comentarios:

  1. Muy bueno. Humor amargo y oscuro. Es del que cuenta.

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  2. Je je je! Después decís que sos un literato menor!!!

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  3. surealista,como cuento falta final inesperado,o puede ser cronica...pero bueno.

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  4. Bodeler, intímole que modere sus comentarios,que respete la fe católica y la decencia de las costumbres cristianas, después de todo una trola como Helena no habría llegado pura al sacramento, chupapijas !!, Respeto Bodeler, respeto.

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