20/2/11

Glándulas bulbouretrales (5)

Cuando nuestra bebé murió, por primera vez en mi vida -exceptuando cuando era muy pequeño, claro- me defequé encima. Repasando el hecho ahora, a la distancia y con plena frialdad en la cavilación, recuerdo que unos retortijones principiaron en mi vientre apenas escuchados los alaridos de mi mujer. Cuando llegué con ella, tenía a la bebé en brazos y la arrullaba, aunque ya estaba muerta, y gritaba de una manera escalofriante. La materia fecal salió muy lentamente de mí, semilíquida, y comenzó a bajarme por la pierna. Los médicos dijeron que la niña había sufrido una "muerte súbita". Cuando quité el cuerpecito de entre los brazos de Helena y lo tomé en los míos, las heces chorreantes ya me llegaban más abajo de las rodillas y despedían un hedor inmundo, aunque ahora pienso que el olor podía haber venido de la bebé fallecida. La niña se encontraba espantosamente hinchada. Entre intensos llantos, mi mujer me dijo: "ha sido culpa tuya, Carlos".

7 comentarios:

  1. Ya somos dos los seguidores de este blog, al fin de cuentas...nadie dijo que esto sería fácil.
    P:D te chorié algun post en mi blog elchoreo.blogspot.com

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  2. Amigo, este es un Blog marginal. Celebro que sólo haya dos seguidores. Sobre todo si tenemos en cuenta lo borrachos que son ambos seguidores. Así es el Blog de Carlitos Bodeler. Por otra parte, el que avisa que chorea, no traiciona. Saludos.

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  3. Creo haber (lo) entendido amigo Ricardo Reis !

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  4. ¡Carlos Bodeler es un genio inmundo!

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  5. luego de varios intentos inanimados por temor a tener que responder alguna pregunta que se meta con mi intimidad.. decidida y tenazmente ingresé para hacerme seguidor. Bodeler usted tiene ojos como los de una rana, o como los de un pez de pecera redonda , y grandes con los de un Simpson.
    En cuanto a sus inmundicias, dichosos los ojitos de quienes tenemos necesidades similares.

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